
Vulvita compresas de tela, es un proyecto empresarial de amor y respeto, que une la salud de las mujeres con el cuidado de la madre tierra. Durante mis búsquedas de mujeres que apoyan mujeres, en el sur y norte de mundo, he tenido la suerte de conectar con Beatriz, la fundadora de Vulvita. Bea se describe como una mujer menstruante de 32 años. Dedica la mayor parte de su tiempo a intentar vivir coherentemente con sus ideales y es de esa integridad que ha nacido su proyecto que nos cuenta en esta entrevista
Cuéntanos la historia de tu maravilloso proyecto “Vulvita compresas de tela”.
Hacía años que usaba la copa, pero un día, ya no quise metérmela más, no tenía ganas de tener nada en mi vagina. Ya conocía las compresas de tela y la esponja, pero nunca había tenido ni usado. Entonces comencé a recortar toallas viejas y camisetas usadas y me puse a coser algunas compresas para mi. Con el tiempo algunas amigas me pidieron alguna, y más y más …y gracias al impulso del crowfunding de Veritas decidí dar forma a todo esto, ponerle un nombre e intentar llegar a más y mas gente. La acogida fue tan bonita y tan brutal, que no pude seguir ignorando el hecho de que tenia que ponerme a coser como una loca jejje.
¿Cuáles son las razones que te han motivado a dedicar tu tiempo y tus energías en el trabajo de salud menstrual y medioambiente?
Llevo 18 años menstruando, y no siempre fue muy bonito, recuerdo de adolescente retorcerme de dolor mientras lo único que se me decía era: es normal, es la regla. Nada de normal, no es normal el dolor, es normal las pocas ganas de socializar, es normal tener ganas de tranquilidad… pero dolor..no. Siempre me había interesado la salud holística, estudié naturopatía y antropología, y ambos estudios me confirmaron lo que ya intuía, hay mas de dolor en lo social que en lo físico.
Cuando encontré un curso de Terapia menstrual me lancé a por ello, y me encantó! Comencé a dar talleres donde vivo, y hacer sesiones de terapia menstrual, quería saber mas y mas sobre como cada una de nosotras menstrua. Y hay tantas opciones…
La conciencia ecológica la tengo desde pequeña, con 9 años escribía cuentos para los arboles de la finca que teníamos y hablaba con mi perro. A los 16 intente ser vegetariana y mi mama no me dejó, “a los 18 podrás” dijo. En cuanto pude no hubo marcha atrás, sentía que era injusto comerse a otro animal. Creo que es la sensación de responsabilidad la que me hace hacer todo lo que hago, siento que tengo que hacerlo, es casi un deber.
Tu trabajo es en Catalunya, pero viajas a otros países para apoyar niñas, chicas y mujeres en vivir de forma más consciente y saludable su ciclo menstrual. Cuéntanos un poco de esta experiencia.
El trabajo que realizo fuera de Catalunya es básicamente en Nepal. Colaboro desde hace 3 años con una ong que se llama Beartsy, cuyo proyecto Rato Baltin, me enamoró desde que lo conocí.
Básicamente lo que hacemos es intentar erradicar el chaupaddi, una práctica muy arraigada según la cual las personas menstruantes tiene que alejarse del entorno social y familiar durante sus días de sangrado. Suele pasar las noches en un cabañada de paja, barro, o madera llamada chaugot. La verdad, las que he visto…no querría pasar allí ni un segundo. No tiene derecho a tocar a nadie, ni pueden tomar determinados alimentos, no pueden ducharse en la fuente del pueblo (trabajamos en lugares muy remotos donde todo el mundo se ducha en la misma fuente del pueblo, la principal), solo comen y beben lo que alguien les trae y muchas no asisten al colegio por vergüenza a manchar. A toda esta locura, se le añade el hecho de que durante los meses de invierno hay altas posibilidades de fallecer de hipotermia o ahogadas por el humo del fuego que hacen para no morir de frio, en verano hay serpientes mortales y durante todo el año existe la posibilidad de ser violada y que nadie se entere.
Desde hace 3 años el proyecto va ahí, hacemos (ese hacemos, es un hacen, por que a día de hoy son las propias mujeres de Achham las que llevan a cabo los talleres y todo el trabajo en el terreno) de salud menstrual y sexual en las escuelas, con niños y niñas, y luego solo con las niñas trabajamos con fotografía participativa para que ellas misma pongan sobre la mesa como viven su menstruación. Lo vean, lo hablen, salga a la luz, y de ahí, se pueda cambiar. A parte de la educación, usamos otra herramienta que esta siendo crucial: la copa menstrual. Gracias a Ruby Cup entregamos a todas las niñas menstruantes una copa menstrual, junto con un cubo de metal, un jabón y una toalla (de ahí el nombre del proyecto Rato Baltin, en Nepali significa Cubo Rojo). Esta pequeña copita esta cambiando la vida de muchas mujeres en el lejano oeste del Nepal y nosotras estamos súper felices.
¿Qué diferencia hay entre las formas de vivir el ciclo menstrual en Nepal y en España?
Creo que aún hay mucha ignorancia, en general, pero que poco a poco en España se esta mitigando, hay acceso a mucha información, y muchas personas con ganas de saber qué pasa con su cuerpo. En Nepal, en zonas rurales, el acceso a la información es muy limitado, saben lo que alguien les cuenta, y si ese cuento está mal contando…pues alguien sale perjudicado.
¿Qué piensa que nuestra sociedad necesita para dar dignidad al ciclo menstrual y respectar a la Madre tierra?
Hablarlo, hay que hablar todo, que deje de ser tabú, que se exponga en terreno publico. También creo que necesitamos conectar más con la espiritualidad. Sea la teoría que sea, todas dicen muy parecido, somos todo, estamos todas interrelacionadas. Si tu te sientes parte de un todo gigante, como es la tierra, nunca harás nada para dañarla, te harás responsable de tus acciones, e intentarás que sean lo menos impactantes para ti, para mí y para todas.
¿Tienes otros proyectos en curso?
A parte de Vulvita y colaborar con Rato Baltin, hace unos meses comencé con una amiga un proyecto que llamamos Residuo Zero Tarragona. De momento asistimos a ferias y mercados con un stand llenito de productos que puedes usar para evitar usar tanto plástico de un solo uso y que además intentamos que sea todo local, sostenible, coherente y con la mayor vida posible. En los mercados ofrecemos charlas sobre una vida más simple, con menos cosas inútiles y sobretodo menos envueltas! Nuestra idea es llevar estas charlas a mas y más gente y eventualmente hablar con el ayuntamiento de nuestro pueblo y proponerle convertirse en un pueblo ZERO WASTE. ¡Eso sería un sueño!
¿Cómo podemos apoyar tus iniciativas?
Podéis adquirir las compresas a través de mi página web Vulvita. Parte de las ganancias de cada compresa van directas al proyecto Rato Baltin (e indirectamente a mí también porque me permiten llevar la vida que llevo y marchar dos veces al año allá!).
También podéis donar directamente a la ong Beartsy a través de su página web, podéis haceros socios, hacer un donación puntual o una donación mensual, cada céntimo cuenta!
Pero, sobre todo, como podéis ayudarme a mí, y a vosotres mismes es llevando una vida mas simple, más bonita y con más cuidado y amor. ¡Muchísimas gracias!